Tener un piercing en la boca puede ser un abalorio muy deseado como forma de diferenciarse y como simple añadido estético, pero pese a que esta es una moda que puede resultar más o menos estética, tenemos que conocer el riesgo que entraña este tipo de perforaciones bucales. Uno de los factores que deberemos tener en cuenta es que este tipo de restauración no sólo tiene riesgos en el momento de la perforación, sino que también pueden llegar a causar problemas tanto días, como semanas, como meses después de la técnica.
En el momento de la práctica de las perforaciones puede ser un momento complicado, ya que esta situación nos causa dolor, hemorragia, lesiones nerviosas e incluso es un motivo por el que las enfermedades orales se transmiten a través de la sangre, como es el caso del SIDA o la hepatitis.
En el momento en el que tenemos el piercing colocado independientemente de si éste se encuentra en la encía, el labio o la lengua, debemos saber que las inflamaciones de la zona son usuales, sobre todo si es en la lengua. También tendremos que hablar de otra sintomatología, como por ejemplo el trauma en la mucosa oral o las reacciones alérgicas al metal. Estos son factores negativos que se pueden dar en los días posteriores a la colocación del pendiente. Pese a esto, los problemas orales principales que puede causar una perforación oral son los que se manifestarán más a largo plazo, y entre los que podemos encontrar complicaciones a la altura de las fisuras dentales, la recesión gingival, la halitosis o la sensibilidad dental, entre otros trastornos que puede causarnos un piercing, por lo que teniendo en cuenta todo esto no será de extrañar que cada día sean más las personas que se conscientes de los problemas que causan, no encuentren el punto donde les compensa y abandonen la idea de realizarse esta técnica.
Para terminar, en el caso de que aún y con esas nos hagamos el piercing, primero tendremos que consultar con nuestro dentista de confianza para evitar las posibles consecuencias de estas perforaciones en nuestra boca a título particular.
A modo de prevención, realizar enjuagues bucales antisépticos y cepillar suavemente el metal para eliminar las bacterias localizadas en la zona puede ser una buena idea.
Los piercing orales son completamente contraindicados, pero si ya los tenemos y no queremos abandonarlos, lo mejor es que seamos lo más cuidadosos posible con ellos.
Autor del texto: Dr Dario Vieira Pereira
Licenciado en odontología. Se ha especializado con el Máster en Cirugía e implantología por la Universidad de Barcelona, y completó su formación con el Diploma de Estudios Avanzados en la Facultad de Odontología de la misma Universidad. Licenciado en Odontologia 1996-2001 Master de cirugía bucal e implantología bucofacial, Facultad de odontología, Universidad de Barcelona 2001-2004 Diploma de estudios avanzados del Doctorado con clasificación de excelente 2006.