Análisis Volumétrico y Clínico de Defectos Intraóseos de 3 Paredes tras OFD por Becker et al.,1986
En 1958, Goldman y Cohen clasificaron los defectos intraóseos según el número de paredes alrededor del defecto.
En 1957, Prichard sugirió el diagnóstico y criterios terapéuticos para el tratamiento de defectos intraóseos de 3 paredes. Rosling et al. (´76) y Polson & Heijl (´ 78) mostraron buenos resultados en cuanto al relleno óseo tras realizar el desbridamiento quirúrgico de los mismos.
El presente artículo reporta los cambios producidos tras el desbridamiento de defectos intraóseos. Además, se presenta un nuevo método para el análisis de los cambios volumétricos en los defectos intraóseos.
Los 14 defectos óseos tratados en este estudio curaron con cantidades variables de nuevo hueso. La mayoría de los defectos se encontraron en distal de los M mandibulares, ya que debido a la anatomía de ésta es más susceptible a la formación de dichos defectos. En esta área el hueso tiende a ser grueso y tiene cantidades sustanciales de hueso esponjoso entre las corticales. Saari et al. (1968) y Tal (1984) observaron en cráneos una elevada incidencia de defectos verticales en distal de los M mandibulares.
La mayoría de los defectos tratados fueron medios (3-4mm) o anchos (>4mm). Los resultados indican que los defectos medios y anchos con un componente vertical profundo se pueden reparar igual que los defectos estrechos.
Los defectos se trataron de manera similar a la descrita por Prichard (1957, 1983). Los dientes adyacentes al defecto no fueron instrumentados, ya que el estado de inflamación puede facilitar la curación posterior a la cirugía, ya que muchas de las células necesarias para la curación están presentes en lesiones no instrumentadas. Sin embargo, esto puede afectar la toma del nivel de inserción, ya que la sonda, en este estado, suele penetrar apical al epitelio de unión.
Hubo una ganancia significativa del NIC entre el desbridamiento inicial y el momento de la reentrada. El NI medio inicial apical a la LAC fue de 7.48 mm, mientras que en el postoperatorio el nivel medio fue de 4.72mm, con una ganancia de inserción de 2.76mm.
Las medidas tomadas a partir de las RX no es un método muy preciso para evaluar los cambios en la altura ósea. Sin embargo, los niveles óseos pueden ser usados para complementar otros parámetros clínicos.
La reparación del defecto consistió en una combinación de reabsorción crestal y relleno desde la base del defecto. La cantidad de relleno fue de 2.56mm a partir de los modelos y de 3.26mm cuando se midió directamente. Estos resultados son similares a los reportados por Polson & Heijl (1978). Sin embargo, Rosling et al. reportaron una reparación completa de defectos intraóseos poco profundos. Una posible razón para que no se observaran defectos residuales en el estudio de Rosling et al. es que los cambios en la altura ósea fueron determinados mediante trazos en las RX (antes y después del tratamiento). Este método, posiblemente, sobreestima la cantidad de reparación y puede fallar en la detección de defectos residuales sutiles. Renvert et al. (1981) reportaron 4 métodos de evaluación de resultados en el tratamiento de defectos verticales. Las medidas RX obtuvieron la menor correlación cuando se compararon con los niveles de inserción, PS y medidas en la reentrada. En le presente estudio las medidas tomadas a partir de modelos de estudio proporcionaron datos más precisos en relación a los cambios en los defectos. Las medidas tomadas en boca fueron 1mm más profundas que las medidas tomadas en los modelos. Esta discrepancia puede ser debida a la dificultad en el acceso y visibilidad cuando se toman en las medidas en el área posterior de la boca.
En este estudio, 7 de los defectos tratados tuvieron un ≥ 50% de disminución del volumen del defecto, mientras que 7 de los defectos tuvieron < 50%.
Los defectos intraóseos se deben tratar, no sólo controlar o instrumentar. Los resultados de este estudio confirman las observaciones de Prichard, entre otros, en diagnosticar estos defectos y tratarlos con colgajo de acceso, ya que tienen un potencial predecible de reparación.
Autor del texto: Dr Dario Vieira Pereira
Licenciado en odontología. Se ha especializado con el Máster en Cirugía e implantología por la Universidad de Barcelona, y completó su formación con el Diploma de Estudios Avanzados en la Facultad de Odontología de la misma Universidad. Licenciado en Odontologia 1996-2001 Master de cirugía bucal e implantología bucofacial, Facultad de odontología, Universidad de Barcelona 2001-2004 Diploma de estudios avanzados del Doctorado con clasificación de excelente 2006.