Se describe la ránula como una clase de mucocele, es decir, un tipo de tumefacción del tejido conjuntivo situado en la parte interior e inferior de la cavidad oral. Deriva de la colección de mucina resultante de la ruptura de un conducto de una glándula salival, normalmente provocada por un traumatismo de carácter local. También puede originarse por un bloqueo o obstrucción de cualquier de los veinte conductos de la glándula sublingual o del conducto de Wharton.
La palabra ránula deriva del latín y significa rana ya que su aspecto abultado e hinchazón es comparable a la de un sapo.
La glándula salival más frecuentemente afectada por ránulas es la sublingual. No obstante, la ránula también puede originarse en ocasiones en las glándulas salivales menores y en la submandibular.
En caso de obstrucción, esta puede derivarse de un sialolito, formado por la precipitación de sales de calcio que contiene la saliva junto a la mucina que se acumula en cualquier punto del conducto salival. En caso de trauma, este puede originarse de forma accidental o por una práctica quirúrgica que fracciona el conducto salival extravasando su contenido hacia los tejidos adyacentes originando una respuesta inflamatoria.
De menos incidencia que el mucocele, la ránula se manifiesta con un aumento de volumen en un lado del suelo de la boca y resulta indoloro.
Diagnóstico
Su diagnóstico se establecerá mediante una radiografía oclusal en la cual se podrá observar si hay presencia o no de un sialolito. Una prueba de ultrasonidos nos delimitará la cavidad oral y sus límites.
Tratamiento
El tratamiento paliativo ante esta lesión consistirá en la administración de sialogogos que facilitarán y estimularán la salivación con el fin de desalojar el tapón que bloquea el conducto salival. Este tipo de tratamiento solamente se recomendará en casos de obstrucción y si en un plazo de diez días no se muestra efectivo se deberá proceder a un tratamiento quirúrgico.
El tratamiento quirúrgico de las ránulas, que es el más habitual, puede ser:
– El drenaje. No es habitual y resulta poco fiable ya que la incisión en el proceso quirúrgico se cierra rápidamente y la lesión tiende a volverse a formar.
– La marsupialización. Esta práctica radica en extirpar la parte superior de la ránula suturando ambos bordes a la mucosa contigua o adyacente. Este tratamiento, aunque simple, tiene un alto porcentaje de recidivas.
– La extirpación de la glándula sublingual y de la ránula. Esta es la mejor opción de tratamiento aunque la más complicada de las tres ya que el conducto de Wharton y el nervio lingual normalmente están muy cerca. Se requiere una amplia experiencia del profesional.
En los casos en que la ránula no presenta ensanchamiento cervical, esta se podrá extirpar mediante anestesia local y de forma ambulatoria en la clínica dental por el cirujano de la misma. En cambio, cuando la ránula tiene extensión hacia el cuello es recomendable realizar su extirpación empleando anestesia general.
Autor del texto: Laura Manonelles
Auxiliar en odontología 1997 Higienista dental 2010 Curso odontología en pacientes especiales. Curso de periodoncia en pacientes implantados. Curso de rehabilitación oral e injertos óseos autólogos.