Sabemos que la boca está relacionada con una gran cantidad de enfermedades que afectan al organismo a nivel general. No debemos concebirla como una estructura aislada, más bien lo contrario. Muchos son los profesionales de odontología que insisten en esta relación y en la colaboración de disciplinas médicas para conseguir resultados exitosos en cualquier tratamiento. Uno de los problemas dentales más frecuentes es la enfermedad periodontal, y es el que más se ha relacionado con patologías como la diabetes o la enfermedad renal, y también con la salud del corazón. Hay un vínculo estrecho, probado por estudios científicos, entre las patologías cardiovasculares y la periodontitis. Antes de explicar dicho vínculo, lo primero que hay que hacer es dejar claro qué son exactamente las enfermedades periodontales y por qué nos deberían preocupar.
Las principales afecciones que pueden identificarse como periodontales son la gingivitis y la periodontitis, patologías que se suceden. ¿Qué quiere decir esto? Que primero aparece la gingivitis y, si no se trata adecuadamente, evoluciona a periodontitis. La gingivitis se caracteriza por la inflamación de las encías que rodean los dientes y tiene como síntomas característicos el sangrado aleatorio de las mismas y el enrojecimiento. En estas fases, la enfermedad es reversible, pero no ocurre lo mismo con la periodontitis: la inflamación, que se ha producido por acumulación de placa bacteriana, ha llegado al hueso de soporte de los dientes y ha comprometido su movilidad. La consecuencia última de estas fases más avanzadas de enfermedad periodontal puede ser la caída de los dientes naturales y, por consiguiente, la necesidad de realizar un tratamiento restaurador.
Una vez claros estos conceptos, veamos qué relación guarda la salud del corazón con la enfermedad periodontal. En los últimos años, son muchos los estudios científicos que se han desarrollado al respecto, de los que cabe destacar un claro esfuerzo de investigación. Según los resultados obtenidos, hay asociaciones significativas, sobre todo cuando el paciente padece una patología cardiovascular que daña las arterias. En estos casos hay un proceso generalizado de inflamación y la enfermedad periodontal, entonces, pasa a convertirse en una inflamación crónica. Pero también puede ocurrir a la inversa: si esta inflamación que comentamos se genera en la boca, también puede desarrollarse y generalizarse hasta provocar trastornos cardiovasculares. ¿Cuál es la gravedad de la situación en España?
Para hacer frente a todos los datos presentados, los dentistas creemos que es determinante controlar las infecciones crónicas para evitar el aumento del riesgo de las enfermedades cardiovasculares. Recuerda que los hábitos saludables son claves para mantener la salud del corazón y también un buen estado de las encías. Hay factores de riesgo que lo obstruyen: la hipertensión arterial, la obesidad, la diabetes, la hipercolesterolemia, el sedentarismo, el tabaquismo, la falta de higiene bucodental… Tener todos estos factores controlados te aleja de los problemas más severos. No te olvides de cepillarte los dientes después de cada comida, de usar el hilo dental, los enjuagues bucales si son necesarios y el limpiador lingual, que consigue eliminar todas las bacterias que pueden quedar almacenadas en la lengua.
Autor del texto: Dr Dario Vieira Pereira
Licenciado en odontología. Se ha especializado con el Máster en Cirugía e implantología por la Universidad de Barcelona, y completó su formación con el Diploma de Estudios Avanzados en la Facultad de Odontología de la misma Universidad. Licenciado en Odontologia 1996-2001 Master de cirugía bucal e implantología bucofacial, Facultad de odontología, Universidad de Barcelona 2001-2004 Diploma de estudios avanzados del Doctorado con clasificación de excelente 2006.