En el momento en el que el diente comienza a erupcionar, la forma de la raíz todavía no se ha completado, y con esto el desarrollo apical. Debemos saber que la erupción dental de los dientes permanentes empieza cuando el infante tiene aproximadamente 6 años, y dura aproximadamente hasta los 12. La raíz continúa su desarrollo por un periodo de entre un año y medio a dos años y medio. Después de que erupcionen, las lesiones y la traumatología dentaria de la boca de aquellos pacientes con edades comprendidas entre los 6 y los 14 años poseen el potencial de alterar, interrumpir e incluso detener el desarrollo radicular.
Los estudios realizados por Andreasen y sus colaboradores muestran que las lesiones de los dientes o. Como bien afirma Backland, esto tiene una doble lectura, con un significado tanto favorable como desfavorable.
La lectura favorable que podemos encontrar pasa por que las pulpas de los infantes tienen un mayor tamaño que las de las personas adultas; esto quiere decir que cuentan con un mayor aporte sanguíneo y consiguiente potencial de recuperación favorable con respecto a los adultos.
La lectura favorable que encontramos es que las raíces inmaduras de los dientes con pulpas lesionadas también podrían detener el crecimiento, y terminar con unas paredes débiles y demasiado finas.
Esto significa que cuando encontramos una lesión dental en niños, todo el esfuerzo y los conocimientos deberán ir encaminados a conseguir mantener el diente y preservar, siempre que nos sea posible, la vitalidad de la pulpa.
Pese a que podemos encontrar lesiones traumáticas de los dientes en cualquier edad, el objetivo que buscamos en este artículo tiene que ser el describir y tratar las lesiones en aquellos dientes permanentes jóvenes.
Los traumatismos dentales pueden ocurrir por diversos motivos: Ya sea jugando, por caídas, practicando deporte o por accidentes de tráfico. La prevalencia de edad puede determinarse en niños de aproximadamente, entre 8 y 12 años, y en infantes cuando comienzan a aprender a andar, y por consiguiente, a dar sus primeros (y erráticos) pasos.
Los incisivos centrales maxilares, así como los laterales, suponen los más castigados, y en menor grado, los incisivos mandibulares.
La amplia mayoría de este tipo de niños nos presentan una maloclusión con protrusión (Clase II, División I), y los labios no amortiguarán el golpe.
Lamentablemente, día a día podemos encontrar más lesiones dentarias en los niños que padecen de maltratos familiares, y es que este tipo de personas emplean la fuerza de los golpes y la violencia a fin de que las pobres criaturas terminen obedeciendo sin rechistar.
Examen clínico
Aquellos pacientes que han padecido una lesión dental traumática tendrán que examinarse lo antes que les sean posible en las Clínicas Propdental, a fin de valorar cuáles son los daños.
En la anamnesis resulta muy importante que sepamos cuándo, cómo y dónde ha ocurrido el accidente, y cuál será el tratamiento previo que se le haya dado, si es que lo hubiera.
Algunos de los síntomas que podemos encontrar con una mayor frecuencia y que nos detallará el paciente cuando existe una luxación con extrusión pasa por referir dolor al juntar los dientes así como hemorragia, movilidad e interferencia oclusal por el desplazamiento de una pieza dental. Pudiera que se ha afectado varios dientes debido a fractura de la mandíbula o a afectación de la propia mandíbula.
Cuando escuchamos a nuestro paciente, podemos encontrar si existe algún tipo de complicación neurológica u otra de carácter médico.
Tenemos que empezar a explorar cuales son las hipotéticas lesiones extraorales; si existiera o no la desviación del contorno normal del hueso; si al abrir o al cerrar la boca desvía la mandíbula o sintiéramos algún tipo de anomalía mientras estamos palpando la articulación temporomandibular.
Sensibilidad a la palpación: Hematomas faciales o inflamación, en cuello o labios.
Si existiera una fractura coronaria o una lesión en los tejidos blandos adyacentes, tendremos que examinar las heridas, tanto visual como radiográficamente, por la posible presencia de fragmentos dentales, sobre todo en los labios.
Para terminar, tendremos que examinar los tejidos blandos intraorales: lengua, labios, mejillas, suelo de la boca y paladar. Posteriormente a este examen, tendremos que hacer un estudio acerca de los dientes y de las estructuras de soporte, a fin de comprobar el estado de la misma.
Su sufrimos cualquier tipo de traumatismo dental no deberemos esperar, ya que en estos casos el tiempo apremia. Tendremos que acudir inmediatamente al dentista de confianza a fin de que pueda minimizar las problemáticas acontecidas por la contusión, y es que en este tipo de casos, la diferencia de acudir a la clínica de urgencia entre unas horas más de espera puede llegar a suponer la diferencia entre poder salvar o perder la pieza dental, con el consiguiente tratamiento necesario para hacer un implante, un trámite mucho más complejo y costoso.
En las Clínicas Propdental podemos encontrar al dentista de urgencia que necesitemos, quien le emitirá un diagnóstico acerca del traumatismo dental que haya sufrido, así como cuáles son las mejores opciones de las que dispone. Estas van desde la realización de un empaste hasta las soluciones que requieran de un mayor seguimiento y dedicación, siempre buscando el bienestar del paciente.
Autor del texto: Dr Dario Vieira Pereira
Licenciado en odontología. Se ha especializado con el Máster en Cirugía e implantología por la Universidad de Barcelona, y completó su formación con el Diploma de Estudios Avanzados en la Facultad de Odontología de la misma Universidad. Licenciado en Odontologia 1996-2001 Master de cirugía bucal e implantología bucofacial, Facultad de odontología, Universidad de Barcelona 2001-2004 Diploma de estudios avanzados del Doctorado con clasificación de excelente 2006.