Las muelas del juicio, también llamadas terceros molares, son aquellos dientes que erupcionan en algunas personas, entre los 17 y los 25 años. Estos son los molares que se sitúan al final de nuestras arcadas dentarias, detrás del segundo molar. A pesar de que la mayoría de personas desarrollan cuatro, otras no terminan por erupcionarlas todas. A menudo, las muelas del juicio terminan por provocar un problema dental debido a la falta de espacio, o a su mala posición. Es por este motivo, por lo que estos dientes pueden llegar a afectar a otras piezas dentales moviéndolas, dañando la estructura de sus encías o causando caries dental y enfermedad periodontal.
La gran mayoría de los problemas que comentábamos anteriormente nacen de las irregularidades en la erupción de estos dientes. Las muelas del juicio pueden erupcionar de lado, de forma horizontal o inclusive hacia atrás. Cuando estas complicaciones aparecen, lo recomendable es extraerlos para así evitar un daño permanente en nuestra boca.
Mientras que la mayoría de extracciones que se hacen a la muela del juicio prácticamente no comportan dolor ni mayores complicaciones, sí podemos vivir situaciones más complicadas en el caso de que no todo vaya bien, lo que podría tener algunas consecuencias más o menos importantes:
- Dolor o incomodidad: Es totalmente normal y habitual el que notemos un poco de dolor después de que extraigamos la muela del juicio. Este suele desaparecer al cabo de un lapso de tiempo comprendido entre 8 y 12 horas. Tu dentista de confianza será quien deberá valorar cómo controlar el dolor después de la operación, en función de la intervención que se haya tenido que realizar. La forma más común de paliar este dolor será mediante medicinas. En el caso de que el dolor persistiera más allá del segundo día y no se reduzca con los medicamentos analgésicos, deberemos llamar al dentista, y es que podríamos estar sufriendo una inflamación del alvéolo dentario llamada alveolitis.
- Hinchazón: Esta es otra complicación muy común de la exodoncia de la muela del juicio. En el caso de que la hinchazón persistiera durante más de 36 horas, deberemos reemplazar el uso del hielo, pasando a la aplicación de calor húmedo. ¿por qué? Muy simple, y es que esto ayudará a reducir la inflamación, y mejorará el movimiento de las mandíbulas. La hinchazón suele terminar por desaparecer al cabo de unos 3 o 4 días máximo.
- Sangrado: Este efecto secundario es totalmente común después de que nos hayamos sometido a cualquier tipo de cirugía oral, por lo que esto tampoco resulta nada inusual que la saliva esté acompañada de sangre después de que realicemos una extracción dental. Sí que es cierto que lo que ya no sería tan normal es que se aprecie un sangrado excesivo que inunde la boca. En el caso de que esto te suceda, deberás contactar a tu dentista de forma inmediata. En el caso de que tengamos que controlar un mínimo sangrado podemos utilizar el clásico remedio de morder una gasa fría durante un rato, aunque también es recomendado por odontólogos el morder una bolsita de té húmeda, y es que este contiene ácido titánico, que nos ayudará acortar la hemorragia. Una alta actividad también podría facilitar el sangrado, es por esto que no está recomendado que hagamos grandes esfuerzos tras una intervención, siendo recomendable guardar reposo.
- Restricciones en la dieta: La alimentación inicial después de una operación, siempre tendrá que ser en forma o bien de líquidos o de comida muy blanda. De esta forma, podrás evitar masticar por el lado por el cual acaban de realizarte la extracción. Sobre todo deberemos tener especial cuidado evitando alimentos crujientes, que podrían albergarse en la zona donde anteriormente estaba el diente, provocando así graves daños. Lo ideal para recuperarnos cuanto antes es el comer comidas que sean lo más blandas que se pueda y que bebamos abundante agua, ya que esto también nos ayudará a curarnos y a recuperar fuerzas. No deberemos utilizar una pajita para beber, y es que la succión podría llegar a comportar una alveolitis o un exceso de sangrado.
- Nauseas o vómitos: Esta también es una reacción normal, en el caso de que se haya empleado la anestesia general en la intervención. N el caso de estar pasando por náuseas, deberemos evitar comer. Podría venirnos bien el beber bebidas carbonatadas, como por ejemplo la Coca-Cola.
- Mantener una correcta higiene oral: Esto, si bien no es una secuela, resulta muy importante. Deberemos tener la boca muy limpia, tanto antes como después de la intervención, pero tenemos que destacar algunas restricciones que deberemos tener que aplicar y tomar en cuenta: El día de la cirugía no deberemos enjuagarnos la boca. Al día siguiente de la intervención podemos hacerlo, pero sólo con una mezcla caliente de agua caliente y sal. El dentista encargado de tu intervención en la Clínica Propdental te informará acerca de cuando podrás volver a iniciar el cepillado de la zona tratada tras la intervención.
- Hematomas o decoloración: Puede que este síntoma se de en algunos casos, pero no tiene que provocarnos una excesiva preocupación. Esto sucede cuando la sangre se coloca debajo de los tejidos, lo que causa decoloraciones azules, verdes o inclusive amarillas debajo de nuestra piel. Suele suceder aproximadamente entre 2 o 3 días después de la intervención, y la aplicación de calor húmedo nos ayudará acelerando el proceso para así volver a tener un color de piel normal.
- Infección: En el caso de que tengamos una infección, nuestro dentista de confianza deberá recetarnos antibióticos para hacerla desaparecer.
- Rigidez en la mandíbula: Esto podría suceder debido a que las mandíbulas estuvieron abiertas durante un lapso de tiempo demasiado grande durante la intervención quirúrgica. En un par de días marchará esta sintomatología.
También existen otras complicaciones que son menos comunes, pero no por ello debemos dejar de tenerlas en cuenta:
- Entumecimiento: Esta suele tratase de una reacción temporal: en el caso de que suceda deberás de vigilar de no morderte el labio o la lengua mientras persista. En el caso de que este síntoma se extienda en el tiempo, deberemos llamar a la clínica dental de forma inmediata para ponerle remedio.
- Fiebre: Esta se trata de una reacción poco habitual, pero sí es cierto que sucede en algunas ocasiones. Cuando esta dura varias horas o no nos baja pese a tomar los medicamentos correspondientes, deberemos ponernos en contacto rápidamente con nuestro odontólogo.
- Labios secos y agrietados: El hecho de que tengamos los labios muy esturados durante la intervención puede llegar a provocarnos grietas o sequedad en los labios. Podemos utilizar vaselina para paliar este problema después de la cirugía.
- Proyecciones óseas irregulares: Existen algunos casos donde los pacientes pueden notar protuberancias óseas con su lengua. Este es el hueso que anteriormente albergaba la muela del juicio. En el caso de que persistan y le acarree molestias, puede requerir la retirada por parte del dentista.
Naturalmente, no vamos a sentir todos estos síntomas a la vez, pero puede ocurrir que sintamos algunos de ellos. Cada persona es un mundo, y es por ello que cada uno puede reaccionar de forma distinta a los tratamientos, como en este caso es la extracción de la muela del juicio. Algunas personas apenas presentan sintomatología post cirugía, y otras sí que se ven más afectadas. En el caso de que ocurra esta sintomatología, sólo tendremos que dirigirnos a nuestro dentista de confianza para que así nos oriente sobre cómo podemos poner fin a esta sintomatología tan indeseable.
Autor
Autor del texto: Dr Dario Vieira Pereira
Licenciado en odontología. Se ha especializado con el Máster en Cirugía e implantología por la Universidad de Barcelona, y completó su formación con el Diploma de Estudios Avanzados en la Facultad de Odontología de la misma Universidad.
Licenciado en Odontologia 1996-2001
Master de cirugía bucal e implantología bucofacial, Facultad de odontología, Universidad de Barcelona 2001-2004
Diploma de estudios avanzados del Doctorado con clasificación de excelente 2006.